
Y se armó nomás. Y por un simple pedido, de un simple tuitero, por una ley simple aprobada por un gobierno anterior. Así, de la nada, a @gonziver se le ocurrió pedir un año y monedas de entradas y salidas de la Quinta de Olivos, amparado en la olvidada ley de Acceso a la Información Pública. Y seguramente, por ser olvidada, también se le pasó al Gobierno de científicos que alguien podía usarla. Porque a veces no recuerdan que el ciudadano de a pie es el que debe vigilar, reprochar y denunciar a los políticos, que trabajan para nosotros. A veces olvidan que no es al revés.
Seguir leyendo