Algo se perdió en el camino

Hay cosas que uno generalmente no vé (por no decir casi siempre) hasta que éstas cambian. Hay veces que luego del cambio, uno tiende a extrañarlas (más cuando son conductas o formas de vida) mientras se prepara para el cambio. Pero sucede a veces que, aunque todo vuelva atrás, uno no puede evitar un dejo de «algo» que se perdió o se modificó por el camino. Me ha pasado. Lo he vivido.

Para ser un poco más explícito, doy detalles de los últimos días que he transitado y las diversas sensaciones atravesadas en medio. Seguramente muchos de ustedes las han vivido, inclusive puede que tengan nombres específicos (aunque los desconozco). Hasta puede que hayan sentido lo mismo.

Parte de la historia ya puede verla en la sección «Quién soy yo?» de éste blog. El grupo familiar lo forma mi mujer, nuestra pequeña hija (de poco más de un año) y yo. Mi mujer se encarga exclusivamente de la crianza de nuestra hija, por lo que está todo el día con ella. Yo, al trabajar en casa, participo activamente también (no lo que desearía, pero sí mucho más que lo común). Estamos siempre con ella y no somos de «dejarla» al cuidado de nadie: no por «quedárnosla para nosotros» ni nada parecido, sino para que fortalezca los vínculos, evitar cargas a otras personas y saber realmente que enseñanza o trato se le da.

Vivimos en Argentina, lo cual ya dice mucho. La inflación es diaria en cualquier ámbito (aunque nuestra presidenta diga que no e inclusive tenga a una entidad encargada de dibujarlo para la sociedad), por lo que a igual dinero, menos poder adquisitivo (cobramos lo mismo, gastamos más). Lo mismo sucede con el empleo: la gente tiene menos dinero para gastar en artículos necesarios, por lo que cualquier otro gasto queda como secundario (si es que queda allí y no terciario o ni se considera). Todo ésto hace que los trabajos que hago (independientes todos) ya casi no alcancen para mantenernos a todos. Mi esposa trabaja de vez en cuando, pero el ingreso es magro dada la clase del mismo y la frecuencia. Entre la comida, los impuestos y el alquiler que estamos pagando, siempre terminamos el mes rozando el cero absoluto (para arriba o para abajo). Esta situación hizo que mi esposa buscara trabajo para poder solventarnos con más holgura y poder tener un «extra» para eventualidades propios de la vida o para mejorar a través de la expansión de algunas cosas (mi hija no tiene habitación propia, por ejemplo).

Aunque está esperando un posible puesto de sueldo básico pero de pocas horas de trabajo (lo que permitiría acomodarnos a la «nueva vida» con relativa facilidad), surgió un «imprevisto» de por medio: la llamaron para probarse en un puesto administrativo en una empresa chica. Hasta aquí, todo corría normal, hasta que nos enteramos de las condiciones de trabajo: de lunes a viernes de 8 a 18 horas (sábados de 8 a 13) y, dada la lejanía del lugar, unas 2-3 horas de viaje entre ida y vuelta.

El sueldo era necesario: aunque fuese el básico, nos permitiría vivir con más soltura y podríamos apuntar a mejorar y expander nuestra calidad de vida (la de nuestra hija, principalmente). Pero pese a ser una buena (y esperada) noticia, ni mi mujer ni yo dejamos de tomarla con un dejo variable de fatalidad. Y ahora, que hacemos con Pipinita? (por ponerle un nombre).

Por la amplitud de horario, mi esposa ya no podría cuidarla (de hecho, casi ni podría estar con ella de allí en más). En mi trabajo, genero ganancias trabajando de noche (de noche genero negocios, de día respondo contactos, cierro negocios y recolecto; por ésto generalmente roto mis horarios, para poder cubrir durante la semana tanto la noche como el día). Esto hacia que me fuese imposible seguir trabajando, pues si quedaba a cargo de Pipinita de día, no podría trabajar de noche. Por ésto, ninguno de los dos podríamos atenderla en el amplio horario que la situación demandaba. Al menos, no sosteniendo ambos trabajos (teniendo uno, sería lo mismo que la situación actual, por lo que era desestimable).

Nos sentamos, debatimos, buscamos. Ninguna solución parecía la correcta: cualquiera de ellas nos privaba de nuestra hija y del amplio contacto diario al que estábamos acostumbrados. Volvimos a buscar, dimos vuelta y sacudimos. Nada. Sacamos cuentas buscando un punto débil como para dar marcha atrás y que apareciese una solución económica y social más fácil. Tampoco.

Allí realmente nos dimos cuenta que nuestra «normalidad» iba a cambiar. El costo de poder vivir (no hablamos de montarnos en 4×4 ni de viajes al extranjero, sino de poder comer y mantener la vivienda con seguridad) tenía sí o sí como «daño colateral» perder a nuestra hija. Era posible hacer semejante trueque? No sabíamos. Pero de lo que sí estábamos seguros: era extremadamente necesario.

Derivamos en una solución temporaria. Yo la tendría durante una semana mientras durase la prueba laboral de mi esposa y luego iría a una guardería. Durante esa semana, yo no trabajaría y tendría que cuidarla a tiempo completo (ambas situaciones nuevas para mí; la última, nueva también para mi hija y mi esposa), mientras mi esposa perdería casi por completo el contacto con Pipinita (nuevo para ambas). Si todo salía «bien» (léase como «la tomaban» en el trabajo), iría a una guardería con horarios amplios (casi los mismos que los de mi esposa), compartiría otro poco con parientes y luego volvería a casa (situación nueva para todos). De más está decir que ambos lloramos (sí, yo también) ante la inminente pérdida (en el acto para mi esposa, en una semana para mí) y tomamos el «avance» (que también sería bueno para mi hija en su desarrollo, para crecer, aprender y socializarse) con bastante amargura.

Estuve dos días completos con mi pequeña y eso me llevó a un planteo personal serio. Debería fortalecer los lazos y acercarme mucho a ella, sabiendo la inminencia de la separación casi total? O debería suministrarle lo básico sin tomar mucho contacto emocional para ambos afrontar de manera menos dolorosa la separación a posteriori? Es un planteo que me hice al principio, cuando recién había nacido. Un año después, tuve que volver a elegir. Por suerte no demoró mucho la respuesta y la elección fue la misma: viviría el presente sin importar lo que el mañana nos pudiese deparar. Creo (de hecho, lo sé) que fue la solución acertada. Viví esos días como si fuesen los finales para ambos, en dónde podría estar realmente el tiempo deseado con ella y no los que «la tabla de horarios» me permitiese.

Para mi esposa fue más duro aún: el separarse completamente de alguien con quien había compartido infinidad de horas, hizo que la extrañase y que al verla de regreso, estallara en llanto. Que quede claro que ambos sabemos que Pipinita «debe irse» a aprender, socializar y separar lazos con los padres; pero no esperábamos que fuese tan temprano, por tanto tiempo y en esas condiciones. Eso fue lo realmente doloroso.

Finalmente (mezcla de deficiencias de mando y toma de decisiones, buscaban a alguien que hiciese trabajo contable/administrativo/cadetería/limpieza/atención de proveedores y muchos etcétera, por el mismo sueldo mínimo menos descuentos) le dicen a mi esposa que no la tomarán para el trabajo. Nuevamente, la situación cambió, como si nada hubiese pasado nunca. La situación la tomamos, como antes, con un toque fatal por un lado y de inmensa alegría por otro: seguiríamos con los problemas económicos pero también con el contacto contínuo con nuestra hija.

El «ahora» (pese a volver a una situación primigenia), no es la misma de antes. Estamos en el mismo lugar, con el mismo dinero, la misma forma de vida; pero sin embargo, se siente distinto. Uno se queda pensando qué fue lo que perdió o cambió por el camino, pero hay tantos factores y tantas (posibles) respuestas que parece que nada parece tener el sentido adecuado. Nos sentimos así por haber «vendido» a nuestra hija para mejorar (paradójicamente) su situación junto con la nuestra? Tal vez por habernos sentido «traidores» para con ella? Ese vacío proviene del haber «caído en la realidad» y darnos cuenta de que en esta sociedad es más importante el dinero que las relaciones personales? Podrá ser que al haber tomado decisiones rápidas, drásticas, pero también (consideramos) certeras, nos convirtió en seres más pensantes que emocionales? O es sólo la pérdida de la normalidad (y su correspondiente vuelta a ella) la que nos desfasó y desequilibró en tantos aspectos? Avanzamos o retrocedimos, ganamos o perdimos el paraíso (o el infierno)?

Muchas cuestiones sin respuesta, pese a volver a quedar en la misma posición que hace una semana atrás. Sé que las experiencias traumáticas siempre fijan algo (erróneo o no), pero en éste caso aún no sé que es lo que ha quedado fijado tan fuertemente en mí.

Sin encontrar respuestas (al momento) adecuadas o certeras, puedo decir que crecí un poquito más. Con sólo un «amague de golpe» de la realidad de la sociedad, siento que he ganado experiencia, aunque no puedo decir exactamente en base a qué (ni tampoco asegurar que vaya a servirme en el futuro). Lo único que distingo diferente de forma puntual es que la sociedad sigue siendo la misma, pero con un tinte más grisáceo que antes. Por lo menos, ante mis ojos. Y mucho más, ante mi corazón.

Acerca de PiensoLuegoPiensoLuegoExisto (PLPLE)

Tratando de entender al mundo sin morir en el intento...
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17 respuestas a Algo se perdió en el camino

  1. Pingback: Algo se perdió por el camino...

  2. wertygol dijo:

    Habiendo leído tu post y parte de Quien Soy, lamento decirte que te ahogas en un vaso de agua.

    Primer punto, si como contás básicamente teletrabajas y tu señora no trabaja… por qué catzo vivís y ¡alquilás! en capital??!!, habiendo miles de lugares mucho más sanos y baratos para vivir (ejemplo, yo vivo en Morón a dos cuadras de la estación en un hermoso barrio que hoy día no cambio por nada del mundo).

    Segundo punto, mandar a tu hija a la guardería o aún mejor a un jardín maternal (cosa que hago con mi hijo desde los 9 meses por cuestiones similares a las tuyas, mi trabajo full time y el de mi señora recontrafull time, médica traumatóloga ella) no es venderla en absoluto, todo lo contrario, es socializarla, es que ella pase momentos de su infancia con pares, que se divierta mientras vos no le podés prestar atención. Es muy egoísta pensar que sos el único que le puede causar un bienestar a tu hija, encima sobreprotegiéndola.

    Tercera, loco arriba ese ánimo, sabes que pocos tienen la fortuna de laburar como lo haces vos y poder al menos comer todos los días. Encima me decís que tu señora con un sueldo básico salvaba la olla, entonces es que tan crítica no es la situación. Vamos hombre que al argentino promedio lo han hecho creativo. Sabés como envidio lo que contás, yo que estoy bordeando los 40 estoy tratando de darle un giro más sano a mi vida, y te veo a vos que por lo que contas tenes la vida que a mi me gustaría tener plantearlo como la gran desgracia mínimamente me da risa, por no decir indignación.

    Igual che, hace un par de semanas que leo tu blog y me encanta como escribis, así que por más que me bardees el comentario, te voy a seguir leyendo ;), habrase visto!!

  3. Ariel dijo:

    Me sumo a los comentarios de ayreonauta y de wertygol…
    El lado positivo es que no tenés que andar aguantando a jefes pelotudos, pomposos y para colmo con pretensiones de que les chupes el culo (se sienten inseguros cuando no lo hacés). Digo, al menos hasta ahora tu hija no tiene la imagen del tipo que se tiene que comer sus convicciones todos los días.
    La diferencia en la expresión facial entre la preocupación y la humillación es un surco abismal..

    Saludos y aguante desde el este…

  4. AY: Muchas gracias.

    WERTY: Es posible tu primer comentario, pero no sé el por qué en todo caso.

    Con respecto al punto 1, es largo de explicar pero tengo varias razones para vivir en capital (vengo de provincia y muchas cosas no funcionan ahí).

    Con respecto a lo segundo, no te preocupes que no es sobreprotección (si vieras las veces que le dejamos pegarse porrazos, inclusive quemarse (con calor, no con fuego) para que aprendiese por sí misma…).
    El hecho es que era demasiado tiempo fuera, qué clase de enseñanza, apoyo o lo que fuere podíamos darle en pocas horas? (que dicho sea de paso, debería también ser usado para otras cosas). Si fuese un tiempo corto, de seguro no sería problema (de hecho, ya estábamos averiguando para que empiece el año que viene), pero 12 horas seguidas…

    Con el tercer punto, muchas gracias, ya se me está pasando… un poco. Es cierto lo que decís sobre el trabajo, pero recordá que con dos sueldos básicos vive casi cualquiera (pero se necesitan dos). Y yo estoy laburando full-full y el cuerpo ya empieza a mostrar el cansancio a largo plazo (y eso que no llego a los 35).
    Algún día contaré los pro y los contra de mi trabajo (hay de ambos). Uno de los peores es eso: no contar con la seguridad de una cifra fija a fin de mes con la que poder planear al menos. Acá se te muere la máquina, se te cae una plataforma de pago y tenés que remar semanas. Lo mismo con las vacaciones: cuando salgo, no sólo gasto plata sino que dejo de ganar y voy perdiendo opciones a futuro. Es largo el tema.

    Jaja, me hiciste reir con lo de la indignación y el comentario. Y bueh, son cosas que pasan y me pasan. Quería (además de dejarlo como diario propio) compartirlo con los demás para ver qué pensaban o si habían vivido cosas similares. Y no te preocupes, podés estar en contra de lo que diga, pero si es con respeto y un poco de lógica, no hay bardeo. 😉
    Me alegro que te guste el blog y que sigas visitándolo. Espero postear algo mejor la próxima… aunque sea malo para la sociedad 😆

    Ariel: Completamente de acuerdo, ese es uno de los puntos fuertes de trabajar para uno. Aunque hay veces que uno es más hinchapelotas que un jefe «en serio», pero por lo menos no me falto el respeto (todavía) 😉
    Lo otro que decís, también es cierto, aunque tiene sus cosas trabajar así, no todo es bueno… Concuerdo también en la diferencia entre preocupación y humillación, hay un abismo de diferencia.

    Saludos y gracias a todos!!

  5. wertygol dijo:

    Se agradece la respuesta y la onda, y aprovecha para hacerte una recomendación, si vas a decidirte a mandar a tu nena a un jardín que sea uno Steiner Waldorf, que es donde mando a mi niño, donde dejan de lado la escolarización sobre la sociabilización, o sea, un jardín con onda. Cosas como no uso de uniformes, no al orden cerrado (nada de formar y esas huevadas), salas integradas con chicos de distintas edades, pensamiento crítico y laico, mucho hincapié sobre lo sensitivo (los chicos tienen música desde los 9 meses), expresión corporal, cocina, narrativa. realmente yo estoy muy conforme con este sistema y lo veo reflejado en mi hijito día a día, para él un discapacitado no es algo ni siquiera curioso ya que comparte sala con varios chiquitos con diversos problemas y son unos compañeros de juego más. Es delicioso ver como los más grandes ayudan a los más chiquitos a la hora del almuerzo (les untan las galletitas con mermelada, les sirven el agua en sus vasitos, etc). duermen escuchando a Sabina, a Bach, los Rolling Stones o a Promusica de Rosario, y eso lo notas, mi hijo tiene una amplitud musical que yo no logré ni a mi edad, es capaz de disfrutar un tema de Judas Priest y bailar al ritmo de Shakira con la madre sin ningún prejuicio. Tienen talleres de narrativa, todas las semanas viene un cuentista que les lee cuentos y tenes que verlos concentrados en cada palabra que dice el profe. Realmente, si tenes la oportunidad, es el ámbito ideal para mandar a un chiquito desde edad temprana.

    Te dejo el link a la wikipedia sobre el sistema:

    http://es.wikipedia.org/wiki/Pedagog%C3%ADa_Waldorf

  6. WERTY: Sí, entró a moderación, lo tengo preparado para que entre ahí cualquier link que envíen fuera del nick propio. Ahora te lo habilito (borro lo último, gracias por el aviso).
    Parece muy interesante lo que dices, estamos buscando algo parecido para el año que viene. Laico, sin dudarlo. Pero el tema es que estamos en Argentina. Al parecer (por lo que vi en el blog que referencia el wiki) en latinoamérica sólo dictan en Perú. En el país, sólo se pueden comprar libros con info, pero no dan enseñanza.
    Una lástima, parecía bueno.

    Gracias de todas formas!
    PLPLE

  7. wertygol dijo:

    Yo vivo en Morón, Buenos Aires y se que en Capital hay varios colegios con esta modalidad.

  8. Hola Pienso 🙂

    Siento que hay que buscar un equilibrio:

    1- La nena y la socialización: a mi criterio sería un extremo negativo que no socializace, y el otro extremo es que este 12 fuera de su casa, como ejemplo la cantidad de horas.

    2- El tema monetario – veamos lo positivo:
    *Vos tenes un ingreso, mas o menos pero ingreso al fin, que de hecho llegando a cero, llegan a fin de mes.
    *Desconozco la profesion de tu Sra, como su edad, ahora a medida que pasan los años se hace mas dificil trabajar, y si sos mujer y tenes un hijo/a o mas, es el triple de dificil – hablando de Capital y G.B.A – por lo que tal vez el momento de ingresar al sistema sería lo más rápido posible, ya que luego, puedes quedar afuera tambien lo más rápido posible, pero con otra edad superior, y ahí agarrarte, esto es así, y tu sabes porque te escribo el último párrafo.

    3- Un mayor ingreso, viviendo en Capital, sería muy provechoso de acuerdo a la descripción realizada.

    4- Evaluen la posibilidad de ir al interior del país, en ciudades importantes, o en algún lugar hermoso a media hora de una ciudad grande, por cualquier contingencia.

    La gente del interior vive a otro ritmo, es mas solidaria, y sobre todo los ingresos actuales entiendo no se verian afectados, puesto que lo manejas por internet al trabajo, si solucionas lo que supongo el inconveniente del tema envio, tu dinero en el interior, interior de Córdoba, te alcanzaría más, la vida es menos costosa, los alquileres tambien, porque los ingresos son mas bajos, pero en este caso a ti no te afecta, ya esta solucionado, puesto que el trabajo es por Internet.

    Si te interesa profundizar el tema, lo hacemos por vía mail.

    Saludos a vos y a tu familia

    Marcial 🙂

  9. WERTY: Mirá vos, pensé que era de otro lugar. Voy a averiguar mejor entonces, aunque seguro que por la calidad de enseñanza te deben sacar un ojo de la cara… Igual averiguar no cuesta nada. Gracias!

    Marcial: Concuerdo con el punto 1, de ahí viene todo, no del problema de «no la queremos dejar ni un segundo», pero tantas horas…
    Sí, tengo que agradecer el hecho de que al menos tengo un ingreso, pero después ves en las noticias que quieren hacer trenes bala o ves lo que cobra D’Elia y sabés que hay algo mal. Lo mismo con algún conocido metido en política o algún chanchullo que se compra lo que quiere… y uno luchando por el puchero…
    Comprendo lo de la edad, pero tampoco es problema por ese lado porque la voluntad está, lo que pasaba era el mismo tema que en 1, la cantidad.
    En Capital estoy generando más que cuando estaba en provincia (a pocas cuadras de Gral. Paz). Por ahora, si me voy a vivir a otro lugar, perdería gran parte del trabajo por cuestiones varias que tienen todas que ver con la cercanía a donde se concentra la gente. No sé aún cuánto, pero estimo que el 50% o más se iría por no estar en la zona (pese a trabajar electrónicamente). Encima el correo ahora es mucho más caro que antes y las ventas o trabajos de relativamente poco valor no los colocaría más (quién va a comprar un artículo de $40 si el correo sale $35?).

    Saludos y gracias!

  10. Hola Pienso: entiendo lon que me escribes, ahora, si tu Sra. hace tu mismo trabajo en forma paralela, tu le capacitas, y ya, sería otra entrada, y desde casa.

    Abrazo

    Marcial

  11. Javier dijo:

    Asi es la vida, la cosa esta dificil no solo en sudamerica , aca en Japon tambien la situsion se esta poniiendo fea y muchos cambios hemos tenido que hacer priorisando siempre a la familia.

    Saludos desde Japon.

  12. Marcial: Es que ya está ayudándome en algunas cosas «externas» (los trámites administrativos delegables, llenado de algunas documentaciones, algunas partes de mi balance interno, etc). Más no puedo darle porque gran parte de mi trabajo no es delegable. No es tan fácil.

    Javier: Parece que la debacle es a nivel intercontinental. El tema es cuáles son los límites de la familia? En mi caso, jamás supe a que prioridad apuntamos, ya que la elección puede pecar de «antifamiliar», pero si elegía lo contrario también lo era…

    Saludos y gracias!

  13. Hola Pienso:
    Te entiendo, no dije que fuera facil, se que no es facil, simplemente se me ocurrió, tu te preguntaras: y vos crees que a mi no se me ocurrio hace tiempo?
    En verdad, pienso que se ocurrio hace tiempo, solo que a veces plantearse lo mismo a diferentes tiempos, en ocaciones sirve, este no es el caso, dada la argumentación.
    Abrazo
    Marcial

  14. Marcial: Es cierto, pero mirá que no fue en tono «reproche», el «no es tan fácil» es porque realmente no lo es (aunque sé que en otros casos puede serlo). Recién ahora releo y veo que puede malinterpretarse…

    Saludos y suerte!

  15. Marcial dijo:

    Pienso: no lo malinterprete, sabemos que el que opina de afuera siempre cree y a veces ve las problematicas mas claras, pero sobre todo cree verlas.

    Creeme que te entiendo, y se que no es facil

    Abrazo

    Marcial

  16. Marcial: Es cierto, pero eso no quita que alguien de afuera pueda ver mejor «la cancha» que un jugador que ya está dentro…

    Saludos!

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