25 errores que me hacen abandonar un sitio web

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Los sitios web en todas sus ramas (tradicionales, blogs, fotoblogs, etc) nos ofrecen a los navegantes la información deseada a través de varios frentes. Uno de ellos es el del contenido (el ‘caracú‘ de todo, la información en su estado en bruto); otro es el de transmisión (de qué manera se nos hace llegar esa información); otro es el del diseño (la forma visual en la que se nos presenta, es el maquillaje de todo el sitio); uno medio olvidado es el de la interoperabilidad (qué tan fácil encontramos diversas secciones o podemos movernos dentro del mismo sitio, qué extras nos ofrecen fuera de lo que fuimos a buscar) y, por último, el técnico (con qué velocidad podemos movernos, qué estándares cumple, qué tan bien se ve en nuestra PC, etc).

Como internet es muy variada (por suerte), nos encontraremos con diferentes niveles en cada una de esas ramas. Un sitio nos gustará más (o menos) por los colores que usen de fondo, la legibilidad de la escritura, lo que nos transmite en esencia y la forma en que lo hace, etc. Ese gusto se basa en una característica subjetiva de cada consumidor. A algunos un sitio les gustará mucho; a otros, más o menos.

Pero hay algunos casos en que dichos sitios dejan una mala experiencia para casi cualquier usuario por fallar en alguna (o varias) de esas ramas fundamentales, haciendo que demoremos su visita (si la información supera con creces las otras falencias) o bien que desaparezcamos para siempre de sus horizontes. Puede que sea por falta de conciencia del creador/administrador de dicho sitio, puede que sea impericia o desconocimiento. Lo cierto, es que termina perjudicando tanto al lector como a si mismo.

Voy a intentar detallar todos los errores posibles que me hacen no volver a visitar determinado sitio. Si bien es algo subjetivo, supongo que muchos concordarán en varios de los puntos que describo. Los agrego sin un orden específico y, por supuesto, cada punto puede tener mayor o menor relevancia para cada uno y puede que varios de ellos puedan ser ‘soportados’ en pos de la buena información. Aquí vamos:

1. Publicidad abusiva. Particularmente odio la publicidad engañosa o que se ‘abre de la nada’, como los pop-ups o la que aparece con pulsar en cualquier lugar de la página sin consentimiento alguno (pop-under). Espero que al publicista inventor de ese método lo hayan despedido y (el mismo día) lo hayan agarrado dogos con rabia campeones de karate 😆
2. Exceso de publicidad. Hay casos en que la publicidad está bien (en cuanto a permisos o formas de mostrarse)… pero la página está llena de ella. No se conforman con agregar 1 o 2 cuadros publicitarios: agregan los 3 permitidos por Adsense y mezclan con otros sitios con el mismo sistema (o adicionales) y contratan banners por fuera. Cuando uno visita la web parece un tablón de anuncios y es indistinguible tanto la ubicación de la información como qué parte pertenece al sitio y cuales son text links publicitarios. Un escaneo visual de pocos segundos sirven para saber que no debemos volver allí.
3. Información ilegible o que daña la vista. Muchas veces, la elección en el tema de contrastes y colores es (cuanto menos) terrible. Letras crema sobre fondos blancos, links azul oscuro sobre fondo negro, hacen que se deba esforzar mucho la vista para leer o consumir contenidos. Cuando un párrafo se lee mejor seleccionándolo con el mouse, es síntoma de malas elecciones de diseño. Asimismo, un fondo verde eléctrico con encabezado fucsia furioso hace que los ojos automáticamente suelten una lágrima y queden enrojecidos ante tanta violencia. Ni pensar en sobrevivir unos pocos minutos ante… ESO.
4. Mala diagramación del sitio. Esto es imperdonable en el caso de sitios grandes o empresariales. Es cuando los menúes invaden el espacio de la información, cuando las secciones o buscadores se presentan después que otros menúes irrelevantes, o cuando los banners ‘pisan’ el resto del sitio. En un blog es comprensible, pero en un sitio profesional…
5. Links principales sin destino. Aunque parezca mentira, es muy común ver enlaces importantes (como por ejemplo el ‘sobre el autor’ o los que apuntan a una sección específica) que al momento de pulsarlos, nos entrega un bello error 404 de página no encontrada. Esto habla muy mal del manejo de cosas importantes y un indicio de que ni el creador visita su propia página o se preocupa por ella.
6. Saturación de ‘medallas’ y banners recíprocos. Está bien que los bloggers se unan a ránkings y ofrezcan espacio para los directorios de blogs. Pero tener un pie de menú (o peor, un encabezado) con 20845 ‘badges‘ es saturar el sitio con ‘no sitio’. Vemos colores, formas y tamaños que desentonan entre ellos (y con el resto del blog), hay que esperar mucho a que carguen antes de que lo haga el resto del sitio (si se agrega antes que la información) y si alguna de las webs que hospedan el banner se cae (cosa común teniendo tantos) hay que esperar un buen rato antes de que cargue (o marque una X en el lugar que falla) antes de seguir con el resto. Esos banners deben ser complementarios al blog y no al revés.
7. Exceso de plug-ins o agregados externos. Estos muchas veces potencian un blog: saber cuántos usuarios hay navegando el sitio, cuál es la hora exacta oficial o qué entradas son las más vistas siempre sirven de ayuda para el visitante… A menos que se sumen a cientos de otros ‘extras’. Puede que hasta sean útiles individualmente, pero si se agregan 200 al mismo tiempo, terminan saturando el sitio y uno pierde de foco lo que fue a buscar. Adicionalmente, tantos a la vez consumen muchos recursos del navegador y/o PC o alargan enormemente la velocidad de carga. Y ésto, sumado a la última parte del punto anterior, hacen que también a veces uno deba esperar la carga de un agregado que no funciona correctamente.
8. Música o videos automáticos. Si hay una opción que puede caer en la categoría de ‘ultra-molesta‘, definitivamente es ésta. No hay nada más irritante (equiparable al pop-under) que una música, sonido o video que se ejecuta automáticamente cuando cargamos la página. Incluso he visto verdaderos genios que han dejado varias canciones a la vez, lo que termina pareciendo un programa de chimentos en TV de aire que un blog con música acompañante. De más está decir que si ustedes antes habían estado escuchando música a muy alto volumen, lo más probable es que se peguen el susto de su vida en cuanto entren a una página que (supuestamente) apela a lo visual. Entiéndanlo: si quiero música que me acompañe, arranco el Winamp yo solito o pongo un MP3 en mi equipo.
9. Posteo (solamente) de videos. Otra cosa que me irrita es entrar a un artículo y encontrarme únicamente con un video (o peor, con varios). Si entro a un post, es porque quiero leer algo de información, no ver tantos minutos de video dedicando conexión en algo que no sé ni que es. Otro cantar es si hay uno de ellos que complementa un posteo, o hasta que se comente algo sobre lo bueno/malo del mismo. Para ver un video únicamente, sin valor agregado, entro a YouTube y ya.
10. Copiar o citar información sin nombrar las fuentes. Si alguien toma una idea o noticia de otro sitio, debe citarlo. No solo porque ‘es lo que se hace‘, sino que con eso fortalecemos al emisor original (para que siga creando contenidos similares), damos un punto de vista adicional citando el pie original y propiciamos un feedback entre ambos sitios (desde el punto de vista de los administradores o de los lectores). No hacer eso es ser irrespetuoso y muestra una carencia bastante fuerte de códigos y conducta. Y no puedo leer un blog que carezca de respeto, dé la información que dé.
11. Copypastear sin valor agregado. Muchos sitios copian noticias de otros lugares y, aunque estén debidamente citadas, no aportan nada nuevo. No reducen la noticia, no la expanden, no la comentan, no la grafican, no le hacen nada. Y para eso, voy al sitio original y listo.
12. Sitios muy lentos o que se caen seguido. Uno puede entender que en horarios de mayor tráfico, un sitio puede volverse lento en responder a las peticiones o en la carga de las páginas e incluso que pueda saturarse y caerse por unos segundos (más si es uno con dominio propio, que siempre cuentan con menos recursos que las plataformas ‘comunitarias’ como WordPress.com o Blogger). Pero si entramos a las 2 AM y el sitio trae la información a paso de tortuga o si lo hacemos dos días consecutivos y el sitio está caído en ambas oportunidades, realmente no vale la pena seguir esperándolo.
13. Páginas con demasiado Flash o Java. Muy buenas son estas animaciones o extras visuales que adornan gran parte de los sitios actuales… salvo cuando TODO parece estar hechos con ellos. Uno recarga la página y debe volver a esperar que lo hagan (otra vez) las animaciones completas (que luego de la tercera vez ya pasan de ser simpáticas a enfurecedoras), no se puede navegar con máquinas lentas o con limitados recursos, y si uno está haciendo algo intensivo mientras navega corre el riesgo de colgar la PC con estas pequeñas maravillas. Mención especial merecen las portadas de bienvenida armadas completamente en Flash que tardan en cargar 10 minutos, no tienen indicador de porcentaje completado, duran 5 minutos y no poseen una opción de ‘skip intro’ disponible…
14. Blogs que usan la portada como archivos completos. Son los que en la portada colocan todos los posteos que pueden y completos (sin un ‘seguir leyendo‘). Uno entra y el sitio demooora y demooooooora, los monitorcitos de conexión están a full pero sigue cargando y cargaaaaando. Cuando todo está listo (varios minutos después), terminamos con una página de varios megas innavegable y confusa.
15. Sitios de comercio que no tiene precios. Si uno visita un sitio de venta de algún producto o servicio, es obvio que también busca los precios. Agregar un producto (a veces sin demasiados detalles tampoco) y no poner lo que vale, es tener una web sin valor: si quiero los detalles únicamente, voy a la página del fabricante. Si voy a un sitio de ventas es porque quiero comprar (y sin precios, es algo imposible). Agregar un link de ‘consulte’ que abra el mail, me hace no volver más. Ya sea porque cobren por portación de cara (o de mail en este caso) o porque no están seguros del valor de las cosas, no merecen mayor atención.
16. No tener conocimientos básicos de la categoría en la que se escribe. Esto es cada vez más común verlo. Muchos blogs políticos que no saben bien el proceso de sufragio, tecnológicos que no saben cómo funciona un mail, de seguridad que no protegen bien sus sitios, etc. Si un autor va a ponerse un blog en alguna rama, debe tener un dominio básico de la misma. Sino, es como dar cursos de dieta pesando 200 kilos. En el caso de los blogs personales, esto es más común pero más lógico, ya que se tratan muchos temas que uno no puede dominar; pero definitivamente es imperdonable en uno que siempre va por la misma senda.
17. Exceso de faltas de ortografía. Quien no ha tenido faltas de ortografía, que tire la primera letra! Pero una cosa es una falla cada tanto, y otra muy distinta es cada 2 palabras. Es la diferencia entre una persona común y un hoygan hecho y derecho. Escribir y no saber hacerlo lo más correctamente posible, es como ser taxista y no saberse 2/3 de las calles o poner mal los cambios. Lamentable e ilegible, a veces tardamos más en descifrar lo que se quiso escribir y corregir mentalmente las faltas, que entender el contenido en sí. Además, corremos el riesgo de contagiarnos el estilo y empezar a escribir igual (juro que pasa). En esta categoría entran también los que ESCRIBEN TODO CON MAYUSCULAS o LoS qUe TiEnEn PaRkInSoN eN eL ‘sHifT’.
18. Blogs con demasiados posteos… o muy pocos. Sin tener en cuenta la calidad de lo que se ofrece, la frecuencia de posteo a veces puede hacer que abandonemos un sitio. Si son muy prolíficos (vaaarios posteos al día), generalmente son descuidados con el tratamiento del tema en cuestión, son noticias cortas que pueden no aportar demasiado, y tampoco nos dan tiempo a leer todo (a menos que estemos desocupados y sin familia). Los reconocemos al instante porque de un día para el otro puede tener ’60 elementos nuevos’. Imposible seguir ese tren. Por el lado contrario, alguien que postea muy poco (estimo ‘muy poco‘ como 1 posteo cada dos meses aproximadamente) demuestra muy poco compromiso con el sitio o un cambio de intereses que puede dejarlo huérfano. Un blog se supone que debe tener cierto dinamismo; amplio, pero no histérico o cuasi-muerto.
19. Sitios con mucho scrolling hacia los lados. No tengo particulares problemas con el scrolling normal, pero definitivamente sí con el horizontal. Si una página excede la pantalla hacia abajo, uno siempre puede navegar hacia el sur viendo ‘el todo‘. Pero si al webmaster se le ocurre configurar la página para resoluciones de 39728×23987, el menú quedará fuera de pantalla (y muchas veces las publicidades, por lo que terminan perjudicándolo al autor directamente), haciendo algo tedioso el visitar secciones y hasta ignorando que existe un menú que no vemos. En el peor de los casos, hasta el texto principal queda descuadrado, por lo que en cada línea deberemos mover las barritas hacia el costado. No hay mano que aguante unos cuantos párrafos de idas y venidas. Por algo soy fan del fluid-width 😉
20. Que el sitio se vea mal en navegadores no-Microsoft. Tampoco hablo del Burundanga 0.0.01b. Si no anda en Firefox o en Opera, indica que está usando alguna basurilla específica del Internet Explorer, olvidando a todos los demás. Ya se trate de un sitio creado por alguien con desconocimiento al respecto o un autor me-importa-un-bledo, se gana unos buenos puntos en contra.
21. Alojar un sitio empresarial en un hosting gratuito. Por más bueno que sea el servicio, alojar una web empresarial en un servidor gratis es de ratas (como mínimo). Eso le baja muchísimos puntos a la imagen de dicha empresa y refleja un desinterés total por la marca. Hasta nos hace pensar que pueden no ganar lo suficiente como para pagarse un hosting propio…
22. Webs que modifican las configuraciones del navegador. Si entro a un sitio y automáticamente quita la barra del menú, achica la ventana (o la maximiza a pantalla completa) o deshabilita el scrolling, es un sitio al que probablemente no vuelva jamás. El navegador es mío y lo controlo como quiero, no necesito que algún desconocido (que tampoco me conoce) intente hacerlo por mí.
23. Sitios que requieren muchos plugins instalados. Es lindo aumentar la ‘potencia’ del sitio con alguna función especial externa. Pero cuando el navegador empieza a tirarnos avisos interminables para instalar agregados distintos y de todo tipo para ‘ver correctamente la página‘, es el momento para irnos. Para verla correctamente, solo hace falta texto. El que no respete eso no tiene un sitio, ha creado un circo.
24. Links que apuntan a documentos no-web sin aviso. Es bastante exasperante clickear en alguna sección del menú o de una entrada y que alegremente sea un .pdf, un .doc o un .xls que nos saca del navegador abriendo un programa que no queríamos ejecutar. Causa demoras, nos quita el enfoque y hasta puede hacer colapsar la máquina si venimos comprometidos con los recursos.
25. Contenido… sin contenido. Si uno se va de un sitio con las mismas preguntas (o inclusive con más) que cuando llegó, definitivamente fue tiempo perdido. Y no me refiero a sitios reflexivos o filosóficos, sino a los que se suponen que ofrecen información exacta. Hay incontables sitios que ladran mucho, pero que al final del post no aportan o transmiten lo necesario. Son ‘hiladores de palabras‘ que nunca llegan a ningún punto (ni se dirigen a ninguno), no informan, no hacen reflexionar. Aportan solo una bruma de párrafos que bien pudieron haber sido pasados por alto sin pena ni gloria.

Como dije antes, algunos errores simplemente nos hacen fruncir el ceño; otros, intentar descontroladamente cerrar la página como si estuviese poseída. Pero en todos los casos, siempre tiene un factor perjudicial para el consumidor.

Son todos los que están, aunque probablemente no están todos los que son. ¿Alguno más conoce otro error que haya quedado fuera?

PLPLE